de esas cosas no podemos salvarnos, decíamos
y empapábamos los cuerpos en agua tibia
descascarando la rabia
para dejarlo limpio y a oscuras
si hay demasía de luz
el cuerpo deja de respirar                                                   
y con sus dedos tantea en busca de su propia noche

de esas cosas no podemos salvarnos, repetíamos
y pulsábamos la tecla del desengaño
para que cuando vuelva el amor
no nos agarre de los cabellos
inclinados, boca arriba

de esas cosas no podemos salvarnos, decíamos
y apuntábamos con el dedo índice
el libro que nos cortaba la respiración
y nos hacía tan infelices y esperanzados
con esa forma de entender la vida

existen cosas de las que no queremos salvarnos
aunque en ellas exista el dulce demonio
mordisqueándonos los ojos
la malicia, el desengaño y la dureza de esta jodida  vida

Comentarios

Luis ha dicho que…
Este poema empieza y sigue muy bien, con la mejor cadencia y ritmo. El final, me animo a decirte, resulta demasiado obvio. Me recuerda al "No te salves" de Benedetti. Creo que deberías mantener el tono inicial, tan musical y logrado, y no darle un cierre al poema. Dejarlo abierto como todo en la vida. Y sin mensaje. Tampoco armoniza la expresión "jodida vida", coloquial, en un texto cuyo registro es otro. Lo que te digo Verónica es apenas una sugerencia que espero no tomes a mal. Soy metido por naturaleza.
Luis, de Suspende.

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