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Mostrando entradas de marzo, 2013
dolor que emerge desde la sien   muerde el pescuezo lame la sangre y la inmensidad comienza a crecer en mis ojos encandilados de tanto hastío contemplan fastidiados la luz del alba preguntan temerosos ¿es esto la libertad? y sin duda lo es pero aquello que no se ha sentido a uno lo aterra lo deja pavoroso en mitad de la vía mientras de fondo una luz titila indefensa y las manos se contraen dentro de la sobriedad acostumbrada temen que él se aproxime y ellas se delaten ridículas entonces empuñan el arma del desasosiego y lo abandonan aterido en el desierto
usted me dijo al oído: una inútil casualidad enhebró su vida con la mía mi cuerpo no entendió tal insensatez y en ambos el temblor el ardor el preámbulo del deseo                                                                                                                                                                                 quiere tatuar en este cuerpo su nombre como si en verdad pudiese  levantar un territorio en un lugar vedado comido por los lobos usted me dij o: ansío el relámpago y yo dije quiero todo cuerpo sobre el mío su cabeza sobre este brazo su mirada sobre mis senos y su amor en el vértice en la esquina a lo lejos
el frío transita muerto de frío la escena es poética provoca temor ardor y placer y escribo dicha sensación a media pluma a desgajo y las manos que arden por sentir esa helada en los nudillos allá afuera allá fuera la noche llena de luna y de hastío allá fuera el bosque y el temor a perderme pero si vos tan solo vos me tomaras de la mano me condujeses precipitadamente por el follaje solo quizás tan solo quizás la duermevela el vértigo la seducción la noche de mi nombre en tu cuerpo el frío el ardor tomándonos de las manos azarosos
Escena de medianoche: la mujer corta el pan metódicamente cada trozo es un amor perdido, reclama violenta el cuchillo en un mero gesto de profundizar en una herida abierta rampante y almidonada la mujer mira a los niños y sonríe y en ese acto tan mecánico algo la delata: el ojo derrama el rimel oscuro y devela que el dolor surge de entre los márgenes que su cuerpo se hará un ovillo en la cama sola que tocará oír la cantaleta toda la noche de su soledad y toma el periódico recuerda que es un vicio malsano encauzar la atención a noticias de primera plana que hablan sobre muerte atentar sobre mi vida, piensa atentar sobre este cuerpo abrirlo en cuadro cual si fuese un ternero a punto de descifrarse meter las manos y tocar el alma sentirla caliente vibrante y adormecida y preguntarse en voz firme: qué importa si hay soledad solo resta tirar del cuero seco para sentir si hay vida allí dentro qué importa si hay soledad repite el corazón es un imbécil animal qu
roca magna mi corazón encallado a diez mil metros de viaje trasatlántico una perla invisible un proyectil una voz que tirita y detrás de esa voz mi cuerpo curvado temblando de miedo por escuchar tu voz de miedo porque el deseo quiera regenerarse en qué, pregunto ¿en un rudo insecto que quiere devorarme? ¿en un cataclismo de verbos arrojados al futuro? en qué, por dios, en qué la vida no es más que un cántaro roto mi vida no es más que un vacío de amor
decir no porque no me da la gana de decir sí porque tengo miedo de decirte sí y que no sepas qué responderme porque decir no garantiza que por hoy mi cuerpo no temblará de muerte decir no me justifica me permite la soledad odiosa enhebrada prendida cegada en el velo negro pero qué hay de esa condición de guardar silencio de esperar que hables que te pronuncies siempre existe la opción de elegir decir no decir sí decir tal vez o marcharme
esa sensación de miedo hará mucho más profundo el insomnio de esta noche rajará mi oído circundará mi cuerpo para que entienda que esta libertad es una trampa esa sensación de pánico que no permite balbucear con gusto y el ojo reverbera detenido en la hoja en blanco y resiste al rayón oblicuo corriendo desmesurado en busca de qué en busca de quién para decirle qué cosas y con qué palabras