el cuerpo urde la tela
las manos apenas visibles
surgen de esta coraza
los ojos buscan el animal
con que saciar el hambre
y en la oscuridad
la urdimbre
tiembla
desamparada

Comentarios

Javier F. Noya ha dicho que…
tejiendo pasiones...en esa cuasi oscuridad. Lindo poema. Besos.
Verónica Cento ha dicho que…
Así es, Javi. Trabajando en realidad un poco para mi tesis. Esa idea de la construcción de la tela de araña me está ayudando para mi tesis. ¿Leíste de casualidad "El beso de la mujer araña" del magnánimo Manuel Puig?
Javier F. Noya ha dicho que…
Sí la leí hace bastante, pero de lo que recuerdo me parece de esas novelas que hay que leer. Esos diálogos, esos seres que convergen, esa desnudez y la perversión -del marica, de los represores, del supuesto subsersivo, esa escatológica forma de querer doblegar al otro -todo pasa por lo intestinal, hasta el contacto entre ellos dos- rondando y fundiéndose con sentimientos puros, que llevan al personaje gay (el otro no lo era?) al sacrificio de su propia vida, guau, es excelente. Da para hablar mucho. Besos.
Javier F. Noya ha dicho que…
Y me has hecho pensar en una posible conclusión: que ambos protagonistas lograron que el otro cayera en su tela de araña, tejida sutilmente cada una mientras estaban recluídos. Ambos ganaron, aunque ganar, para el marica haya tenido el precio de su propia vida. Voy a buscar un extinguidor para salvaguardar alguna neurona, si queda alguna jajaja. Besos.
Verónica Cento ha dicho que…
Ese libro es increíble, la verdad. Gracias por las reflexiones, siempre ayudan. A propósito, ¿viste la película de Babenco sobre la novela?
A pesar de que tiene actores españoles, debo decir que Molina (el homosexual) es tal cual me lo imaginé luego de leer la novela. Sí, pequé en primero mirar la pelí, sin embargo no hay arrepentimiento porque en este caso disfruté cada una en su género. Es muy fuerte, la verdad que sí. Pero es un libro memorable.
-> ha dicho que…
en la barra lateral me aparecía este pedacito "ronca el hambre certero obsceno preciso alza el rostro incendiario reposa su lengua en lo húmedo y ronca el cuerpo, a solas conmigo", lo amé, es tuyo?

me gusta mucho esta serie de poemas del cuerpo.

abrazo enorme
Verónica Cento ha dicho que…
Sí nena, es mío. :-)
Lindo verte por acá. Besotes!

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