Yo soy otra

Toda esta semana ha sido rara. ¿Cuándo comenzó esta sensación de enajenación? Exactamente el viernes antes de irnos a Guárico. Sentía como si alguien delicadamente hubiese movido alguna perilla dentro del corazón y todo se hubiese removido. El río que fluía dentro de mí se detuvo. Me dio miedo. No entendía qué sucedía. Y así como surgió ayer se fue. Volvió a correr el agua, y el cuerpo nuevamente tomó ritmo. Un ritmo más lento, aunque no agolpado, más secreto, íntimo, por fin me sentía otra vez dentro de mí. Miré mi rostro en el espejo y comprobé que los rasgos no habían cambiado. Sin embargo, ¿qué fue lo que pasó en estos días?
Ayer la hermana de un amigo falleció. Fue una semana rara, como dije. Con su muerte este sentimiento de orfandad que albergaba desapareció, como si nunca realmente hubiese hecho posesión de mí. Hoy justamente incineraban su cuerpo.

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