merodear la encandilada sombra que mece el hálito de ausencia revolcar el torso en la misma mugre que yace al fondo de esta carne divisar su triste costura y jalar el hilo hasta que la desnudez desteñida se alce entre la soledad y me llame por mi nombre
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Mostrando entradas de noviembre, 2010
Silvia Camerotto (Buenos Aires, 1959)
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Why should calamity be full of words? Shakespeare, Richard III Tocaste un subdominante en fuga Mi pelo de mujer descansa sobre tu almohada: el punto de reposo de la duración de las figuras en tu espalda en los artefactos del baño en la pintura blanca del techo Después de más de treinta años la connivencia se convierte en gesto de triunfo Vinimos de lo que somos no del pollo que almorzamos esta tarde no de las flores que enviaste no de la utopía formal con que me sacás la ropa sino de la alegoría de la rosa de la aburrida música de Mozart de la calamidad de los cuerpos. Silvia Camerotto (Buenos Aires, 1959), inédito
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me dije esa noche: a escribir hasta que los dedos ardan pero la mecha de mis manos se fue apagando y pensar que por horas fueron un cincel pero de pronto la llama declinó en lamento y en estampida mi voz se quebró dentro y las palabras unas a otras se dijeron: ya es hora de detenernos y lloraron interminablemente una sobre el hombro de la otra hasta que al fin amaneció y una vez más brillaron y yo retraída me dije: a escribir hasta que los dedos se apaguen