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Hablo palabras casi muertas, solas y errabundas. Intento que ese murmullo suene lo más ruidoso posible para que traspase las paredes del cuarto y siga su rumbo hacia otros parajes. Pero desde este otro lado de la pared sigo estando muda. Casi absorta ante todo lo que me rodea. Ellos no saben que existo; no me oyen roer el miedo a la noche con esta boca. Mi voz se ha acoplado al sonido nocturno. Y a veces las palabras nacen y vuelan hacia algún jardín oscuro. Pasan casi imperceptibles. Y al volver traen rostros con pájaros y hierbas. Y es el momento en que mi voz parece por fin fluir hacia un río oscuro. Desearía que ese mismo río pasase por al lado de este cuarto y me invitara a navegar. Y que su corriente me llevara inexorablemente hacia el camino de la vida.
Comentarios
Un abrazo, Verónica.
Beso!!!
Mauricio
Es indudable que haces sentir el poder de la palabra...
Un abrazo
esta época oscura donde la poesía muchas veces le dan el don de la invisibilidad.
como cortinas de gasa blanca filtrando el sol
abrazo!!
Gracias por esta linda visita. besotes.
Gracias por ese aliento que me das en cada lectura silenciosa que hacés de los textos. Besotes.
PD: Nos debemos el encuentro.
Veo que volviste nuevamente a la carga con los blogs. Qué bueno verte. Besotes.
Y DURAS DURAS PALABRAS QUE INTENTAN ENCONTRAR LO INHUMANO
EN ESTE POBRE MUNDO HUMANO.
GRACIAS POR ESCRIBIR TÁN MARAVILLOSAMENTE Y DARLO.