La respiración del cuerpo galopante. La incisión y el cuchillo. Los espejos y el cuerpo. La dulce tentación. El hartazgo. El escribir como forma de inaugurar el presente. Hacerle frente. Dar la cara es la única forma de sobrevivir. Cautela, me dicen en sueños. Clarice Lispector murmura desde el silencio diurno y con la debilidad de su voz ausente: “He llegado a la conclusión de que escribir es lo que más deseo en el mundo, incluso más que el amor”. Pero de mi parte no hay respuesta. Me inclino sobre el papel blanquísimo para escribir al tacto. Indefinidamente. Y el cuerpo ruge, y el milagro de la escritura se hace al fin presente. Gracias Lispector de mi alma.

Comentarios

mauricio gonzález faila ha dicho que…
Bellísimo texto, la unica manera de hacerle frente al vacio del papel es estar cara a cara.
Saludos.

Entradas populares de este blog

Alborada

Fragmentos de Antonia Palacios