yo, desmelenada
parto del vínculo
del cuerpo y mi voz
me curvo
y la lengua rastrea
el sentimiento de orfandad
yo, casi bruja
destrabo, arranco
el verbo que por momentos
se vuelve conjuro
ya no me basto
digo al aire
y el lenguaje se alarga
salvajemente
husmea el suelo
relame el sabor del miedo
que, enmascarado, subyace en su cueva
por última vez
y el codo toca la aridez
la sequía
y el relámpago siempre
infinito, dulce y certero
yo, descreída
trazo un nombre
en el tapiz de la miseria
desmembrar
desventurar
descreer
desvencijar
repito
tarareo locamente
esta condición de sentirme desbordada
¿repetir el verbo hará que mi condición
transmute?
luminosa y bandida
tanteo la vegetación
hundo mis manos en el agua
escribo y recito
con el miedo a la lluvia
la voz se torna intacta
minúscula partícula
que enuncia un cuerpo
desde la tempestad
la errancia de un rostro invisible
y la torpeza de unos pies
que no encuentran el recinto
donde la palabra reverbera
entre estos dedos
el milagro es un imposible
como ese desconocido
que nunca conocerá esta boca
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Saludos.