Pero todo eso está ya absorbido. Lo tienes perfectamente integrado y sabes que es tuyo, que te pertenece. Como la palabra que, mejor o peor dicha o escrita, ahora nos acerca...
Dos besos, Escribiente: Uno para ti y otro para la encantadora niña que fuiste... (y aún eres).
Qué lindo eso que decís, Anonimaux. Tus palabras me hicieron recordar otras cosas. Quizás, en mi caso, sucedió al revés: primero conocí el silencio, y de ahí mi introspección; luego vino el torrente, las palabras vinieron como mares, y ya nunca dejaron de existir en mí.
Sí, Dedalus. Uno aprende a convivir con ciertos dolores. Agradezco siempre haber podido la poesía; y aún mejor, agradezco que por la poesía, descubrí aspectos de mí que no conocía.
La luz, que ingresa por la ventana, mueve el mundo didáctico y emotivo de mi hijo Tobías. Parlan las manos sobre el papel. Nada es tan importante como entender que los sonidos están quietos sobre el agua. Aunque una quiera moverla, alterarla, ella está silenciosa, como abstraída de su entorno. No sabe decirlas, pero intenta, suelta “lenguaradas”, transforma un perro en guau guau. La música de fondo larga destellos de felicidad, de armonía, como si la vida fuese ir de compras de la mano de alguien a quien uno ama.
me dije esa noche: a escribir hasta que los dedos ardan pero la mecha de mis manos se fue apagando y pensar que por horas fueron un cincel pero de pronto la llama declinó en lamento y en estampida mi voz se quebró dentro y las palabras unas a otras se dijeron: ya es hora de detenernos y lloraron interminablemente una sobre el hombro de la otra hasta que al fin amaneció y una vez más brillaron y yo retraída me dije: a escribir hasta que los dedos se apaguen
escribir no salva de la oscuridad más bien habitúa a mirarse en el espejo hasta diluirse el camino a casa será largo y las palabras se convertirán en humo cuando se aproximen al corazón de ese bosque el rostro desde la maleza alzará la boca y pedirá clemencia
Comentarios
realmente su sonido se envuelve
como tela de nube
ya el nombre te pertenece
Saludos y gracias por tu visita.
desde niño yo hablaba hasta por los codos, me hacian callar
y despues descubri el silencio
y ahi adentro del silencio, la palabra
se ve que la palabra anda metida en todos laos
q caos
salu!
Dos besos, Escribiente: Uno para ti y otro para la encantadora niña que fuiste... (y aún eres).
Como verás mudé valijas y libros hacia este nuevo hogar. No sé por qué pero me siento más a gusto que en el otro.
Un abrazo!
Tus palabras me hicieron recordar otras cosas.
Quizás, en mi caso, sucedió al revés: primero conocí el silencio, y de ahí mi introspección; luego vino el torrente, las palabras vinieron como mares, y ya nunca dejaron de existir en mí.
besos!
Agradezco siempre haber podido la poesía; y aún mejor, agradezco que por la poesía, descubrí aspectos de mí que no conocía.
Saludos, y gracias.