iii

El cuerpo cansado se levanta, rutinariamente, se asea, se observa, se toca, perteneciéndose aún más. Luego se viste como un animal de costumbre, y sale a la calle, bolso en mano, en espera de algo magnífico. Pero no, a veces este cuerpo regresa por las noches, triste y silencioso. Y al otro día es la misma búsqueda, la misma espera que está subrayada entre líneas. Sólo nos queda esperar que el tiempo nos canalice mejor los deseos y las ansias.
Un trabajo sobre Gerbasi debe ser tan espléndido como su propia obra, sino no sirve, sino es un trabajo inútil, o así lo siento.

Comentarios

maria a secas ha dicho que…
en todas las esquinas hay algo magnifico!!!!!
luks ha dicho que…
m'j
me voy internando en esta escribiente diurna
interestoing

sigo leyendo
salu escribiente!

Entradas populares de este blog

Alborada

Fragmentos de Antonia Palacios