Hace meses que no recuerdo lo que sueño. Mis noches se han vuelto pesadas piedras que caen sobre mi cabeza. Rompen, como olas, sobre mi sien; y despierto con un gemido de tigre en mi garganta. Valiente el animal que con sus garras se ahonda en el vacío, y me desgarra. Tajo limpio, y mi cuerpo, abierto como fruta, resplandece. ¿Quién se atrevería a buscar con sus manos la dulzura?

Fragmento del poemario inédito "Selva roja".





Comentarios

Emilio ha dicho que…
Hay una fuerza interior que obliga a no cesar en el intento de tomar la dulzura, no de manera egoista, para compartirla con quienes entienden de qué se trata...
Emilio ha dicho que…
Y por supuesto que no hay venganza más profunda y duradera, a diferencia de la que surge de la ira ciega y destructiva...

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