Tobías
La luz, que ingresa por la ventana, mueve el mundo didáctico y emotivo de mi hijo Tobías. Parlan las manos sobre el papel. Nada es tan importante como entender que los sonidos están quietos sobre el agua. Aunque una quiera moverla, alterarla, ella está silenciosa, como abstraída de su entorno. No sabe decirlas, pero intenta, suelta “lenguaradas”, transforma un perro en guau guau. La música de fondo larga destellos de felicidad, de armonía, como si la vida fuese ir de compras de la mano de alguien a quien uno ama.
Comentarios
mua!
Vos sabés que tendré que también meterme con aquellos fuegos Cortazarianos.
Un beso grandote para vos.
Arder, hasta que se nos regenere la madera interna y que no se nos consuma nunca!
abrazo de osa...
Besos a las tres, y a los maestros, quienes nunca se equivocan.:-)
:)