Atardece y salgo a la puerta de mi casa a encender las luces. Camino despacio, recortando la distancia que hay entre cada farol, y en un acto casi sagrado, doy luz a la posibilidad de esta noche. De fondo, un cielo rojísimo: tropel que arriba con toda su furia, pero nunca lastima. Estos caballos, mansos como el arroyo, se alimentan de la hierba de mi hogar. Forman parte de este paisaje. Aquí nadie te quita el aliento, salvo la noche. Por momentos, me parece poder oír el diálogo entre los árboles y el frío de esta noche. Escribo con frío, mientras mis manos deliran.
Comentarios
Un beso!!!
mauric10
ahora puedo comentar
(pero soy buenito)
qué bonito blog tené... a ver, permiso, ahí dejame un lugarcito.
(sonrisa grandota, maliciosa) Yo sé que en el fondo me querés! Que qué? Ay, me senté arriba tuyo...
Noemí: Me siento muy agradecida por ese viaje cósmico que tuvo que realizar para llegar hasta estos lares. Agradecida estoy y sepa que es bienvenida cuando quiera darse una vueltita. Si me avisa con tiempo, preparo unos mates y charlamos un poco más.
Al Don anónimo le digo: Comente todo lo que quiera. Tiene el campo abierto a su antojo. Escriba, grite y susurre todo lo que sienta. Le juro que no le borraré ni una sola palabra.
Chajá: Con vos espero tener conversaciones más que interesantes. Siento que podemos llegar a entendernos mejor de lo que creo en este momento.
Por lo menos, todos son bienvenidos.
Saludos...hasta la próxima.
bueno, igual, tá bien... pero soy correntino, por eso arrastro la tonada en tierra roja... che!
y puede decirme Nemi, como todos mis amigos
me saco el sombrero anónimo y confianza... que me comporto
es que hace mucho que vivo en Córdoba... bueno, qué?
Un abrazo a todos.