Usted
Gente, a causa de la época de sequía -y porque en verdad creo que el tiempo en que datan estos poemas fue bastante fructífera- aquí les dejo otro poema de los años del ñaupa. Los quiero.
Usted sabe cómo arrimarse
cuelga una banderita de bienvenida
ahí se queda,
y mis fertilidades se vuelven tan hogareñas,
usted me entiende a nuestra manera de entendernos
Entonces abro la boca de la cintura
y encaro a su lengua
usted retrocede,
tengo mi absoluta decisión de arrimarme,
de poseer esta franca distancia que me estoy ganando
y se acobarda;
usted mismo se hace el loco y da la vuelta a su esquina
y lo pierdo,
interrupciones metódicas y volubles nos traspasan
no me deja entrarle;
usted no quiere que entre a su casa nunca más
pero luego lo quiere,
y destiende nuestra cama
el lecho del tigre feroz que nos aguarda muy dentro,
usted sabe cómo me rindo ante usted
Este nosotros es a veces tan certero y tan hondo,
que me meto de cabeza hacia su mismo infierno
quédese ahí,
acomodadito
acurrúquese como quien no quiere la cosa,
y espere con los ojos abiertos;
usted sabe que puedo entrar en cualquier momento
e interrumpir su palabra,
su canto solitario y triste
venga,
yo le puedo dar un abrazo
deje su soledad de lado
sea por una vez irresponsable,
curioso,
deje el libro que lee
y déme su mano
que a su lado estoy yo,
este nosotros debe comenzar desde ahora
usted sabe cómo se calienta un mundo
usted lo sabe tan bien...
Usted sabe cómo arrimarse
cuelga una banderita de bienvenida
ahí se queda,
y mis fertilidades se vuelven tan hogareñas,
usted me entiende a nuestra manera de entendernos
Entonces abro la boca de la cintura
y encaro a su lengua
usted retrocede,
tengo mi absoluta decisión de arrimarme,
de poseer esta franca distancia que me estoy ganando
y se acobarda;
usted mismo se hace el loco y da la vuelta a su esquina
y lo pierdo,
interrupciones metódicas y volubles nos traspasan
no me deja entrarle;
usted no quiere que entre a su casa nunca más
pero luego lo quiere,
y destiende nuestra cama
el lecho del tigre feroz que nos aguarda muy dentro,
usted sabe cómo me rindo ante usted
Este nosotros es a veces tan certero y tan hondo,
que me meto de cabeza hacia su mismo infierno
quédese ahí,
acomodadito
acurrúquese como quien no quiere la cosa,
y espere con los ojos abiertos;
usted sabe que puedo entrar en cualquier momento
e interrumpir su palabra,
su canto solitario y triste
venga,
yo le puedo dar un abrazo
deje su soledad de lado
sea por una vez irresponsable,
curioso,
deje el libro que lee
y déme su mano
que a su lado estoy yo,
este nosotros debe comenzar desde ahora
usted sabe cómo se calienta un mundo
usted lo sabe tan bien...
Comentarios
"Entonces abro la boca de la cintura
y encaro a su lengua
usted retrocede "
y
los usted y diminutivos
abrazos
http://www.revistelescribiente.com.ar/index.html
buh a la sequía.
Beso, vero.
besos
beso
marcelo
Pd Y me encantó porque tambien soy Benedettiano
Este poema tiene varios años pero le tengo mucho cariño a esa época en particular.
Gracias por acercarte. Abrazos
Saludos
Y lo más irónico que en el trópico está lloviendo a diario, cosa que debería (creo) ayudar a la producción literaria pero no. Tal vez suceda que ahoga un poco el campo preparado para el abono.
Besos!
Creo que es sano para el alma tener poemas para los días de sequía. Besos
Me hizo reír mucho tu comentario. Obvio que Benedetti metió las narizotas en este texto y otros más. Sin embargo mis poemas de esa época tienen mucho más (en mi opinión) a Neruda que a Benedetti. Porque el primer libro que tuve en mis manos de poesía fue Residencia en la tierra. Como verás, un buen texto para comenzar este camino de imágenes y sombras. Saludos y gracias por tu comentario.
Saludos,
Vulcano.
saludos desde Macondo.
Es un verdadero placer tenerte por acá. ¿Qué tal Macondo?
Saludos!
Saludos.