en lo oscuro
la palabra toma cuerpo
te abraza el nombre
y acurrucándose en tu boca
te parte el verbo
Atardece y salgo a la puerta de mi casa a encender las luces. Camino despacio, recortando la distancia que hay entre cada farol, y en un acto casi sagrado, doy luz a la posibilidad de esta noche. De fondo, un cielo rojísimo: tropel que arriba con toda su furia, pero nunca lastima. Estos caballos, mansos como el arroyo, se alimentan de la hierba de mi hogar. Forman parte de este paisaje. Aquí nadie te quita el aliento, salvo la noche. Por momentos, me parece poder oír el diálogo entre los árboles y el frío de esta noche. Escribo con frío, mientras mis manos deliran.
Comentarios
marcelo
siempre me encantó lo que hacés, lo que escribís... pero esto es supremo... golpear, partir, abrazar...
todo junto.
Besos!
Gracias por tus palabras. besitos
ja...me dio risa tu comentario.
Mi respuesta es: como si fuera tan fácil;)
Saludos y gracias
Te dejo un corazón.
Vulcano.
Muy lindo.
Para mí es un placer leer este tipo de cosas. Saludos.
un abrazo