El viaje de la Oruga por Caracas.
Atardece y salgo a la puerta de mi casa a encender las luces. Camino despacio, recortando la distancia que hay entre cada farol, y en un acto casi sagrado, doy luz a la posibilidad de esta noche. De fondo, un cielo rojísimo: tropel que arriba con toda su furia, pero nunca lastima. Estos caballos, mansos como el arroyo, se alimentan de la hierba de mi hogar. Forman parte de este paisaje. Aquí nadie te quita el aliento, salvo la noche. Por momentos, me parece poder oír el diálogo entre los árboles y el frío de esta noche. Escribo con frío, mientras mis manos deliran.
Comentarios
En Valencia, España, tus palabras rodarán por las calles entre el calor y la brisa de verano...
qué buenísima idea!
idola!
jajaja
ufff, la contentura me pone muy
jajajja
¿Me contás bien cómo es?
Saludos.
ah, felicitaciones por tu aparición en las elecciones afectivas, ¡merecido!
:)
Y genial el proyecto de Pliegues-despliegues.
Un abrazo
paso a decirte amigo que hay un premio para ti en mi blog. Te dejo un beso grande. Con suerte, mañana rindo el último parcial del cuatrimestre y volveré a estar más cerca.
besos de pupilas
Ari
Lo digo por el post anterior...
Mirá la forma en que nos venimos a conocer! por medio de los pliegues de poesía.
Ya estoy entregando tu pliegue por la Escuela de Letras, la facu donde estudio. Todo está saliendo genial, la gente se pone muy contenta al conocer del proyecto.
besitos
Gaby: mi cara de loca me vende!
upsssssssssssss
beshos
PD: Falta poquito para recorrer juntas las calles de Córdoba
Te escribo un mail y te cuento bien del proyecto. besitos
un abrazo
Claro que las palabras viajan y siempre llegan....je
besos
Un abrazo...