iii
El cuerpo cansado se levanta, rutinariamente, se asea, se observa, se toca, perteneciéndose aún más. Luego se viste como un animal de costumbre, y sale a la calle, bolso en mano, en espera de algo magnífico. Pero no, a veces este cuerpo regresa por las noches, triste y silencioso. Y al otro día es la misma búsqueda, la misma espera que está subrayada entre líneas. Sólo nos queda esperar que el tiempo nos canalice mejor los deseos y las ansias.
Un trabajo sobre Gerbasi debe ser tan espléndido como su propia obra, sino no sirve, sino es un trabajo inútil, o así lo siento.
Comentarios
me voy internando en esta escribiente diurna
interestoing
sigo leyendo
salu escribiente!