Quizás ser otra, en el espejo, sea sólo el comienzo de algo verdaderamente grande. Miro mi rostro ante el vidrio roído y pienso: esa es ella, la más hermosa, la verdadera. Luego tiemblo de miedo, de desesperanza, de pensar que aquel reflejo no será eterno, y que luego volverá mi rostro a posesionarse de este cuerpo. Temo que venga alguien después de mí y tome ese otro rostro como propio. Tengo miedo que me devoren las oscuridades de otra.
Alborada
i qué habrá sido del hombre que me mordió la boca hasta sangrarme ii no sé mi nombre de memoria porque siempre me olvido aquél que tiene olor a infancia iii soy una mujer dolida sin nombre me contemplo ante el espejo y ambos nos descubrimos huérfanos iv he caminado por los jardines más esplendorosos pero nunca como esa mañana en que vos y yo conocimos la ternura. v te vi y algo en mí te pronunció bajito vi tu nombre me recorre el cuerpo tu cuerpo me recorre el nombre vii mi palabra es un gran árbol que echó raíces en tu nombre
Comentarios
M10
Saludos.
M.
Che, no esperes para leer a Clarice. Hacete socia de una biblioteca de Venezuela; deben tener varios libros de ella. ¡Te va a encantar!
muy buen texto!
quizás no sea tan malo convivir con la otra...entre ambas pueden espantar los miedos y descubrir que el espejo no es más que la gracia de ambas reflejada y sus espantos,entonces sera más fácil reconocerse duplicadas en una y aceptarse entre si como dos partes que compensan gracias y espantos
besos amiga
María Elisa: Bu...jejejjeje
Max: Creo que el espejo puede convertirse en un arma de doble filo. Sí te creo. A mí me ha pasado y me pasa. El rostro en el espejo en el mayor peligro. Gracias por la lectura.
Lore: Qué lindo verte por acá, nena. Sí. Es cierto. El tema de los gestos, la creación de otra mirada, el arrebato de los ojos y el movimiento de la boca frente a un espejo...uno juega mucho de niño frente al vidrio. En verdad la niñez es el paraíso perdido. Besos.
Es muy cierto Mabel. Es como aquel dicho que dice que cuando uno acepta el problema puede convivir con él. Estoy de acuerdo con ello. Sin embargo, no deja de ser difícil ese encuentro rostro con rostro, a diario, como si alguna de las dos esperara a que la otrale juegue sucio.
Besotes.